Kubernetes vs Docker es una comparativa que se plantea a menudo en los últimos meses y que, sin embargo, resulta paradójica. Estos dos software no son alternativas el uno del otro, de hecho, más bien podría hablarse de lo contrario.
En vez de pensar en términos de kubernetes vs Docker, convendría hablar de Kubernetes y Docker, puesto que entre ambos puede producirse una simbiosis interesante para el negocio. Esto es posible ya que, aunque Kubernetes puede ejecutarse sin Docker y Docker puede funcionar sin Kubernetes; ambos se benefician en gran medida del otro.
De kubernetes vs Docker a Kubernetes y Docker
Para entender mejor por qué no habría que hablar de
Kubernetes vs Docker, lo mejor es ir abordando las definiciones de cada uno
de estos elementos por separado:
- Docker. Docker es un software independiente
que se puede instalar en cualquier ordenador para ejecutar aplicaciones en
contenedores. Incluso desde Windows y Mac OS X se puede trabajar para
capturar el código en una imagen Docker, ejecutarlo y facilitar las pruebas localmente.
De este modo se garantiza que los contenedores que se crearon a partir de esa
imagen Docker se comporten de la misma manera en la producción. Es la forma que
tienen los desarrolladores de superar las limitaciones causadas por la diferencia
entre el servidor de producción, donde se ejecutan las aplicaciones, y sus
propios equipos de desarrollo (generalmente ordenadores portátiles y estaciones
de trabajo), donde se desarrollan las aplicaciones. - Kubernetes. Es un sistema de código abierto diseñado
para automatizar la implementación, el escalado y la administración de
aplicaciones en contenedores. Permite ejecutar contenedores a través de
múltiples nodos de cómputo (que pueden ser máquinas virtuales o servidores
básicos) y, una vez que toma el control de un grupo de nodos, los contenedores
pueden girar o romperse, dependiendo de cuál sea la necesidad en cada momento. - De kubernetes vs Docker a Kubernetes y Docker.
La contenedorización es un enfoque para ejecutar aplicaciones en un sistema
operativo que se basa en que la aplicación esté aislada del resto del sistema.
Crea una ilusión para la aplicación de que está obteniendo su propia instancia
de sistema operativo, aunque, en realidad, puede haber otros contenedores
ejecutándose en el mismo sistema. Si se tiene Docker instalado en un grupo
de nodos hosts con diferentes sistemas operativos que pueden ser servidores o
máquinas virtuales, puede aprovecharse Kubernetes. De esta forma se
consigue automatizar el aprovisionamiento de contenedores, la creación de
redes, el equilibrio de carga, la seguridad y el escalado en todos estos nodos
desde una sola línea de comando o tablero.
Una vez se deja de plantear esta cuestión en términos de
Kubernetes vs Docker cabe señalar que, en principio, Kubernetes puede trabajar
con cualquier tecnología de contenedorización, aunque Docker es una de las
opciones más habituales. Por su parte, Docker ofrece su propio motor de
orquestación de contenedores, Docker Swarm, pero los resultados que se obtienen
son mejores con Kubernetes (de hecho, incluso la versión para MacOS y Windows
viene con su propia distribución de Kubernetes).
Los proyectos de Kubernetes y Docker aprovechan las ventajas de la arquitectura basada en microservicios para ofrecer el soporte de una comunidad de código abierto que se beneficia de la colaboración mutua.
Créditos fotográficos: Stewart Watson